domingo, 13 de enero de 2013

CARRETERA… ¿Y MANTA?



CARRETERA… ¿Y MANTA?

<<Frío en el invierno y calor en el verano, eso es lo sano>>

Así que había que salir y echarle un par de… Los “quedantes” a las 10 en el romano fuimos Juan Miguel (de rojo con matices culés), Nicolás (de amarillo y vino, que bebió ayer), Paco (de negro,  apodado desde hoy “el pingüino”, porque en vez de bici parece que va en moto) y un servidor, José Manuel (de negro, con mangas rojas y sin letras, …todo pagado). Se ausentó Fernando, que en su salida sabática se confío y “Don Eolo” lo castigo en exceso ¡… a un muchacho con tu experiencia! También eché de menos a Antonio <<El cheff>>, a Ángel y a otros que no menciono…

Paco Sánchez se erigió en “router” y como había barro optó por “hacer algo diferente”. Ya le dije que… “montárselo con un tío” también es hacer algo diferente y no le da por esas, pero bueno.

Comienza ruta por Tejares para coger la antigua N620 con bastante viento en contra, que unido a la temperatura del mismo y a las rampas hicieron esta parte dura, muy dura… para todos, excepto para Paco. Menos mal que al entrar en la nacional no hay desniveles y nos limitamos a pelear contra el viento. Me lloran los ojos, se me caen las velas… ¡Hay que joderse, qué frío hace! ¿No tendréis por ahí una manta? Juanmi protesta, Paco replica – ¡Tranquilos! En cuanto lleguemos a aquel letrero del Corte Inglés giramos a la derecha y se acaba el viento en contra. Pero… ¡Qué lejos estaba el dichoso cartel!

¡Ufff! Por fin en La Rad nos desviamos y salimos de la N620 por la izquierda para ir por la derecha hacia Galindo y Perahuy, pero… el viento sigue en contra. Paco se adelanta como siempre para que NO nos aprovechemos de su rebufo, así que… ¡Todos a sufrir! En Galindo paramos junto al campo de futbol, unos llevan las manos heladas, otros los pies, otros todo. Repostamos y Paco nos marca el resto de la ruta. A regañadientes de alguno y tras consultar a D. Aniceto (ciclista del lugar) se acepta la propuesta y seguimos ruta con dirección a Barbadillo, que está ahí mismo.

Giramos a la derecha, el viento empieza a favorecer y así llegamos a Rollán. Seguimos hacia Golpejas, donde visitamos las casetas del “Javi” que aguardan allí hasta la próxima feria de día. Tomamos la carretera de Vitigudino en dirección a Salamanca y por fin el aire nos favorece de lleno, aunque unas gotas de lluvia amenazan con <<chafar>> la última parte de la ruta. Bueno, las gotas de lluvia y Paco, que se pone en cabeza y marca un ritmo demoledor que nos pone en Doñinos en “un periquete”. ¡Qué baaaarbaro!

Desde Doñinos volvemos a bajar por Tejares y como dice Paco, “cada mochuelo… a su olivo”. Como marca el dicho que pone título a esta crónica, hubo mucha carretera, pero echamos de menos la manta. 

 

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