domingo, 3 de febrero de 2013

"POR SAN BLAS…




… la cigüeña verás. Y si no la vieres, año de nieves”.

Así se referencia la llegada de las migratorias excepto en años muy fríos (yo hoy no vi ninguna, lo que significa…). Otra mención del refranero al Patrón de hoy: “Por San Blas hora y media más” para significar el crecimiento de los días desde la llegada del invierno. Curioso este Patrón de los otorrinos y médicos de garganta que tras salvar la vida a un pequeño que se ahogaba con una espina de pescado, instauró la famosa tradición de la “bendita gargantilla”  allá por el siglo XII.

Bueno, a lo que vamos, estaba la mañana fría, muy fría, pero… soleada y francamente apetecía montar en bici hoy, y así lo demostraba la cantidad de ciclistas a primera hora de la mañana. Y eso se tradujo en la transformación del Grupo La Pájara en “familia numerosa”: a las 10 en el romano estábamos Juan Miguel, Ángel, Fernando, Paco Martín, Paco Sánchez, Pablo y José Manuel. Cuando ya nos disponemos a partir se unen Nicolás y Antonio De Dios y esperamos recoger al viejo “joven Alex” del que no habíamos vuelto a saber.

Así que… a subir por Vistahermosa y coger la carretera de Matilla. En el cruce con la carretera que lleva a Peñasolana no está todavía Alex por lo cual, una patrulla del C.R.P.A. (Cuerpo de Réscate de Pájaros Abandonados) parte en su búsqueda pero… ¡Alto! ¡Ahí viene! ¡Sí! Es él y vuelve (esperemos que no sea un regreso efímero). Continuamos hacia Matilla saludando al Pirulí, como de costumbre, si bien hubo que estrenar la magnífica, inédita, eficaz a la par que diminuta “bomba” del Capi, para dotar las ruedas de la Lapierre de Alex de la presión suficiente para soportar su nueva capacidad cárnica.

La subida termina y comienza un tendido pero dilatado descenso, que nos pone en un Santi-Amén en la urbanización de Muñovela. Tomamos un desvío a la izquierda y tras un corto tramo asfaltado nos adentramos en un bonito camino, flanqueado por encinas, verdes praderas y ganado “manso y bravo”. El “Quintalito” del Capi (bueno y el mío también) hacen crujir el hielo de los charcos rompiendo el hielo cuando los atravesamos: la estampa es idílica (imaginar al Capi y a mi…). El camino desemboca en una cañada, se ensancha y mejora el terreno, aunque siguen los charcos. Mejor hacemos una parada para fotos y repostamos: galletitas energéticas, frutos deshidratados de… Paco Martín (no me lo puedo creer). Nicolás y Antonio De Dios se ponen ciegos a “bellotas” (se le han veteado los muslos). A Paco Sánchez hoy le noto calmado, viene ejerciendo de padre… es que últimamente nos lleva a todos con la “lengua fuera”.

El Capi (al que le duele el pie pero no se nota) tiene el trayecto estudiado pero desconoce la denominación de la cañada, así que decidimos bautizarla como “La Cañada de La Pájara” (un nombre muy original que nos costó mucho elegir). No obstante Fernando tras un minucioso estudio del “garmin” descubrió que se trata del “Cordel de Calzadillas” (¿será por mis nuevas deportivas…?). ¡En fin! Lo que sí que sabía El Capi es que desembocamos en la carretera de Vecinos y así sucede. Tras el giro a la izquierda comenzamos a agilizar el ritmo por el asfalto, sobre todo “El Martín” y Nicolás. El resto, divididos también  en "grupetos", decidimos refundir junto a los dominios de Don Mariano, donde nos retratamos con el monumento “al ibérico”.

Tras dilucidar… ¡NO! Tras corroborar que el plato de la bici de Ángel es “limosnero” hay que continuar y terminar la ruta. Antes de entrar en Aldeatejada Juanmi hizo el amago de irse hacia Santo Tomé de Rozados, pero la idea no cuajó y, tras despedir a Alex ¡hasta pronto!, tomamos el carril bici para finiquitar.

¡Ay San Blas...! ¡Qué jornada de bici más maja!
















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